La repercusión del impuesto CNM

La repercusión del impuesto CNM

Spotify, el gigante sueco de música en streaming, se encuentra en una encrucijada crítica en Francia. La reciente imposición de un nuevo impuesto destinado a apoyar a la industria musical francesa está empujando a la plataforma a revisar sus precios de suscripción. Este impuesto, conocido como impuesto del Centro Nacional de la Música (CNM), se dirige a los servicios musicales que generan más de 20 millones de euros de ingresos en Francia. Por tanto, grandes jugadores como Spotify, Apple Music y Deezer se ven afectados.

Aunque el aumento exacto del precio sigue sin revelarse, Spotify ha insinuado que sus usuarios franceses podrían afrontar ahora los precios de suscripción más altos de la Unión Europea.

Esta situación surge directamente de el nuevo impuesto, que impone un gravamen del 1,2% sobre todos los ingresos por streaming realizados en el país. Esta medida tiene como objetivo apoyar al CNM, una institución pública dedicada a apoyar y promover la industria musical francesa.

La decisión de Spotify de aumentar los precios se produce cuando la compañía ha expresado anteriormente su oposición a impuestos similares, amenazando incluso con suspender sus servicios en regiones como Uruguay antes de dar marcha atrás. Sin embargo, en Francia, Spotify está adoptando una estrategia diferente, optando por una campaña de presión pública contra lo que considera una imposición gubernamental innecesaria que no apoya eficazmente a la industria musical.

En una carta pública, Spotify criticó la gestión del presupuesto del CNM, argumentando que los ingresos fiscales previstos no corresponden a los gastos administrativos de la institución, que superan los 20 millones de euros. Esta crítica destaca los desafíos que enfrenta la compañía, incluido el equilibrio entre la absorción de nuevas cargas fiscales y el mantenimiento de un sólido apoyo a la industria musical francesa.

Menos apoyo a los festivales

En respuesta al impuesto, Spotify ya ha reducido su apoyo financiero a los festivales de música franceses y ahora estudia ajustar sus precios de suscripción, una decisión que tendrá un impacto directo en sus usuarios franceses. La medida ilustra la creciente tensión entre los gigantes del streaming y los reguladores, destacando un debate más amplio sobre cómo apoyar mejor a los creadores de contenido y al mismo tiempo preservar el acceso asequible a la cultura.

En conclusión, los suscriptores franceses de Spotify deberían prepararse para los cambios en la estructura de precios de la compañía, ajustes que se aclararán en las próximas semanas. A medida que Spotify navega por estas complejas aguas regulatorias, el resultado bien podría redefinir la relación entre los servicios de streaming y las estructuras nacionales de apoyo cultural.