3 de febrero, San Biagio: ¿por qué comes panettone?

El 3 de febrero recordamos San Biagio da Sebaste (Armenia), un obispo que vivió en el siglo III, martirizado debido a su fe. ¿Por qué hablar de él en particular? Porque es protagonista de un hecho curioso… lea hasta el final, ¡hay buenas noticias para los golosos!

Se transmite que tras su muerte realizó varios milagros en toda Italia. Por ejemplo, en Fiuggi (Frosinone), en el siglo XIII hizo aparecer lenguas de fuego sobre la ciudad que estaba a punto de ser asediada por las tropas papales, poniéndolas en fuga.

En Salemi (Trapani), en el siglo XVI, respondió a las oraciones de los agricultores cuyos cultivos estaban amenazados por las langostas, liberándolos milagrosamente de esta invasión destructiva.

El milagro más conocido permanece el rescate de un niño que se ahogaba tras tener una espina de pescado atascada en la garganta. De hecho, San Biagio, que acudió rápidamente al lugar, le dio al niño una migaja que, una vez en su garganta, le quitó el hueso y le permitió volver a respirar.

Por este motivo se ha convertido Es tradición bendecir las gargantas de los niños en su nombre el 3 de febrero. y en todo el maletero San Biagio no pasa desapercibidocelebrado con fiestas del pueblo y diversos signos de devoción.

¿QUÉ TIENE QUE VER EL PANETTONE CON ESO?

La tradición más curiosa se celebra en Milán, donde el culto a San Biagio está muy vivo.

Como protección contra dolores de garganta y resfriados (en milanés dicen que “San Blas bendijo la garganta y la nariz“) es costumbre comer el panettone de la Navidad anterior el 3 de febreroposiblemente rancio y conservado por este mismo motivo.

Al hacerlo, no sólo se recuerda el episodio de la migaja que salvó al niño, sino que también se celebra una leyenda enteramente milanesa ligada al culto de San Blas.

De hecho, según esta historia popular, una campesina había llevado a su párroco un panettone para que lo bendijera antes de Navidad, pero luego lo olvidó en la rectoría. El sacerdote empezó entonces a comérselo, pero luego la mujer volvió a reclamarlo el 3 de febrero, día de San Biagio.
El cura ya se disponía a disculparse cuando en lugar del envoltorio vacío apareció un panettone entero, más grande que el anterior.

¡Aquí está el “milagro” del panettone!

Fuente: Wikipedia, Familia Cristiana